Hoy empiezo a trabajar allí, donde Jorge. Al final me decidí a llamarle y me dijo que me pasase por su empresa a hablar con él. ¡Tiene hasta un despacho para él solo!

Fue muy amable conmigo y la verdad es que no me explicó de qué iba el trabajo. Cuando le preguntaba sólo me decía que no me preocupase, que era prácticamente igual a lo que hacía en el otro lado.

Estoy muy sorprendida de su amabilidad. Me dijo que si estaba interesada en trabajar para él (eso me sonó muy raro), comunicaría a sus jefes que después de entrevistar a todas las candidatas (¿sólo chicas?) me había seleccionado a mí (le tenía que mandar el currículo y él lo "adaptaría" al puesto) y pelearía para que me pagasen incluso más de lo que cobraba en el otro lado (¿y cómo sabe él lo que yo cobraba allí?).

A los pocos días de mandárselo me llamó, y me dijo que podía empezar el día uno, a la semana siguiente. Me sugirió quedar para celebrarlo tomando algo, pero le dije que iba a estar unos días fuera y que mejor nos veíamos en el trabajo el primer día.

En realidad, yo no tenía claro si debía celebrar nada... todavía.
No lo entiende pero es lo mejor. Y yo soy el primero en sentirse jodido. Pero no le puedo joder la vida a ella también.











A casa de Manolo. Tiene cama ...y cucarachas. Y ahora se inicia la búsqueda de piso para compartir.


Mi compañera de viaje tantos años, nuestro camino se bifurca. Suerte, Carmen. Suerte
Esta mañana he recibido una llamada de Jorge. Jorge era un tío muy majo que trabajaba conmigo en el último curro, y que por lo visto le echaron dos días después que a mí. Siempre me daba la impresión de que me tiraba los trastos cada vez que nos quedábamos solos, y le contesté que no podía quedar con él cuando me proponía tomar algo después de salir de la oficina. No es que no me gustase, no estaba mal, pero en realidad no quería liarme con nadie del trabajo... he tenido malas experiencias al respecto... vale, que no teníamos por qué liarnos, pero si un tío te propone tomar algo... ¿para qué piensas que es?


Total, que me ha llamado para comentarme que ya está currando en otro sitio, y que es coordinador de equipo, o no se qué, y que por unos contratos que han firmado a última hora, tienen una vacante que le han encargado cubrir y que se ha acordado de mi. En principio el trabajo sería muy parecido al que hacía antes, pero de momento sólo me puede asegurar un contrato temporal de seis meses, pero está convencido de que si lo hago bien me renovarán, porque los contratos con los clientes son por varios años y necesitan estabilidad en la plantilla.


Y claro, ahora me toca pensar. Menuda soy yo comiéndome la cabeza. ¿Me meto en un lío peor aceptando la ayuda de este chico? La verdad es que si hubiésemos coincidido un fin de semana por la noche ahora que trabajábamos juntos, quizás hasta nos hubiésemos podido enrollar. Pero, si acepto trabajar de nuevo con él, y gracias a él, ¿con qué cara le sigo dando largas? Y si no le doy largas, ¿si al final la cosa no sale bien, me cavaré mi propia tumba y a los seis meses fuera?


Qué dilema... y ya me va haciendo falta un curro...
Es lo que hay, he intentado buscar otras cosas, pero no encuentro nada, no hay trabajo, y es tan frustrante... esto no me lleva a ningún lado. Hago un trabajo que no me gusta, no es que yo sea mejor que los demás, pero sé que no es esto lo que quiero, no lo quiero para mi, ni para Carmen. Ella se merece estar con un triufador, alguien que esté a su altura y yo no lo estoy. Puede que nunca lo haya estado.

Me dolerá, pero es lo mejor para los dos. Ella no necesita una carga. Y yo la realentizo en su crecimiento personal, no soy un compañero de viaje, soy un lastre del camino. Tiene que deshacese de mi. Cada uno por su lado, ella encontrará a alguien. Seguro. Y mejor que yo, con creces... Quizás debería volver con su ex... él sigue pendiente de ella, por mucho que me moleste su historia nunca terminó del todo y ellos quieren mantener una buena relación, pero a mi me escuece cada vez que suena su movil y aparece el nombre de él en la pantalla...

Ay! Carmen. Mi dulce Carmen. Ya te estoy echando de menos... y eso que aún no me he marchado de casa.
No, no y no. No soporto las charlas de las amigas sobre cómo debería ser mi vida y qué cosas debería cambiar sin que yo las haya pedido. Loli otra vez me ha amargado el café con su discurso moralista. Que tengo que sentar la cabeza, que no puedo comportarme como una adolescente a mi edad, que lo del trabajo no es más que una consecuencia de mi forma de llevar las cosas, que parece que no me tomo nada en serio en esta vida, que "el tío ese con el que me acuesto" no hace más que aprovecharse de mi, que en realidad no le importo una mierda...


¿De verdad se cree que así me está ayudando? No lo entiendo. La gente se empeña en hundirte más cuando tienes un momento malo en realidad de apoyarte y empujarte hacia arriba. Esa costumbre de destacar todo lo que has hecho mal cuando algo no ha salido bien es algo que no sirve si no para crearme más ansiedad y aislarme más de todos ellos hasta que vuelva a la normalidad.


Claro que sé que ciertas cosas me las debería plantear de otra manera para ser "una persona de provecho", pero a lo mejor no tengo ni la motivación ni la urgencia para hacerlo.


Pero de lo que estoy segura que no me apetece es ni aguantar discursos de nadie ni dar explicaciones de por qué hago lo que hago.
No está mal. Son 7 horas, trabajando en un despacho y el contrato... bueno seis meses... que ahora mismo está bastante bien. No me voy a poner a buscarle las vueltas... Es lo que tiene haber empezado a trabajar joven. A la universidad no le vi mucho futuro, y dejé la carrera a medias prefiriendo un buen sueldo. Lógico. Cuando eres más joven tienes otras prioridades: el dinero y pasarlo bien son dos de ellas (le pese a quien le pese, es así). Carmen siempre me animó a volver (cómo quiero a mi niña...) y yo le ponía excusas como la falta de tiempo o que estaba cansado Una o dos por año, no lo dejes, me dijo cuando a finales de 2º me harté. Ojalá le hubiese hecho caso. Pero bueno, las cosas son como son. Yo elegí mi vida.
Anoche volví a estar con Toni. Nada más proponérselo por teléfono, me preguntó si me pasaba algo. Le pregunté por qué me preguntaba eso, y me respondió que es extraño que le llame dos veces en tan poco tiempo.

Lo pensé. Tiene razón. Lo nuestro siempre ha sido algo muy esporádico. Bueno, en realidad, yo siempre lo he llevado así. A él creo que le da igual verme o no verme, por lo que yo propongo y casi siempre dice que sí. Las pocas veces que me ha tenido que rechazar ha sido por causas de trabajo, o por lo menos eso me ha dicho. No creo que me haya mentido. Inlcuso creo que más de una vez ha cambiado de planes a raíz de mi llamada, cancelando algo que ya tuviese previsto para esa noche.

No salimos nunca por ahí. Siempre nos hemos visto en su casa. Siempre ha sido así desde la primera vez. Algo muy concreto y preciso. Ni siquiera hemos comentado la posibilidad de otro tipo de encuentro.

Anoche, después de acostarnos, me preguntó de nuevo si estaba bien. Hablamos durante un rato. Él me dijo que quizás tuviese que ver con mi situación, la de falta de trabajo, que quizás el ver menos oportunidades que de costumbre me hace sentirme algo más indefensa, sola o perdida que otras veces que he estado en el paro.

La verdad es que no sé si tiene razón, pero, en cualquier caso, espero que si nos volvemos a acostar de nuevo en poco tiempo, no acabemos hablando sobre este tipo de cosas, porque conseguirá que no me apetezca llamarle.
Otra entrevista. Ya son demasiadas, qué poco fructíferos resultan mis días. No importa si el trabajo no es de comercial, he de hacer cambios en el currículum, el puesto tampoco es importante, es cierto que no será el mismo dinero pero ahora necesito un trabajo.

Es tarde. Los ruidos de la ciudad se van apagando poco a poco como el sol. La puerta de la casa se abre silenciosa y dentro sólo hay oscuridad. Huele especiado, Carmen ha hecho té. Dejo los zapatos en la entrada y camino con los calcetines sin hacer ruido hasta la habitación. Allí está sentada junto a la ventana con una taza de té humeante en la mano, su perfil se dibuja tan dulce a contraluz.
- Estás muy sexy con la escayola y el collarín.
Ya que estamos en la calle, vamos a planteárnoslo de nuevo. Mejor dicho, vamos a ampliar las opciones. Está claro que eso de administrativo es algo aburrido y en lo que es difícil destacar. Piensa Cati, piensa. ¿En qué te gustaría trabajar? ¿Qué crees que podías hacer, en lo que seas buena, te paguen por ello y haya posiilidades de progresar?

Bufff, ni idea. Vamos a ver que hay, así en general.

Pasemos las ofertas de una en una, de las más recientes a las más antiguas... Bueno claro, mozo de almacén, albañil y estas cosas las podemos saltar... ésta también, y ésta... y ésta... administrativo no... ¿Azafata? Supongo que primero habrá que hacer un curso o algo... ¡qué pereza!... sigamos... administrativo otra vez... ¡Joder, cuando yo quise cambiar de trabajo no encontraba tan rápido!

Qué agobio. Paso de estresarme con esto. Me voy de tiendas
Tres días en la UVI. Yo recorriendo los pasillos, durmiendo con los ojos abiertos en los sillones y sin poder verla. ¡Menos mal que no tengo que ir al trabajo! Es lo mejor que me podía haber pasado... Algo tenía que tener de bueno el despido, al menos puedo estar con ella.

Hoy por fin la suben a planta. Habitación 312. Casi monto guardia en la puerta. He pasado tanto tiempo en la sala de espera que apesto a tabaco. Pensar en que ya podré ver su carita de ángel, hace que la espera se me haga eterna. Estoy nervioso, inquieto.

Dentro de lo malo, unas costillas rotas y una pierna, no es tanto pero tenían que ver el golpe en la cabeza.

Sus padres aparecen por el pasillo, tengo tanta tensión encima que estoy a punto de romper a llorar cuando veo que detrás se acerca en la camilla. Los ojos le brillan. Y la meten en la habitación.

Cuando entro, ahí está. Su piel blanca está llena de cardenales. Ella sonríe desde la cama, no muestra señal de dolor en su carita linda. Es muy fuerte, siempre lo ha sido (ésa fue una de las cosas que me enamoró de ella) pero hasta hoy no parece haberse dado cuenta de su potencial.

Empiezan a llegar flores: las chicas le envían margaritas y de su trabajo unas rosas y también unas orquídeas, no hace falta leer la nota, todos sabemos de quién son... ¿Cómo narices se habrá enterado del accidente? Y mientras yo sin ningún detalle, con olor a tabaco y unas ojeras por las rodillas, lo único que tengo para ofrecerle es una mirada cansada y unas manos ásperas. Un suspiro de alivio se me escapa cuando por fin toco una de sus manitas.
Después de que Toni se levantase para irse a trabajar, decidí quedarme en su cama un rato. Le dije que ya tiraría yo de la puerta, que no se preocupase que tiene portero y que nadie le iba entrar a robar todo su repertorio de cacharros electrónicos de último modelo... Me apetecía estar tirada en esa cama fantástica y disfrutar por unas horas de un piso como el suyo, a solas.

El tío vive bien, en el centro, en un ático grande, reformado, y decorado con mucho estilo. Claro, no vamos a suponer que lo ha hecho él, se puede permitir contratar alguien para que lo haga...

El sitio es perfecto, luminoso y amplio, es decir, una pasta.

Me puse a pensar por qué no tengo yo algo así. Más o menos somos de la misma edad, y estudiamos la misma carrera. Él no fue un lumbreras, precisamente. Con lo que partimos del mismo punto al lanzarnos al mercado de trabajo.

Puede agarrare a aquello de que siendo mujer lo tuve más difícil, y seguro que fue así, pero no creo que sólo haya sido por eso. Viendo este piso me doy cuenta de que yo no he dado a mi trabajo o mi carrera nunca la importancia que él le dió, y jamás me preocupé por destacar o progresar en inguna de las empresas en las que estuve...

Bueno, hoy, en este momento, sólo se ve la parte buena. Ese piso, ese lujo, con una tele enorme... en el centro... pero también recuerdo los viajes que yo me hice con mis amigas mientras él echaba horas y horas...

Pero claro, ahora tenemos otra edad...repaso ambas vidas y me pregunto lo misma para las dos...

¿Ha merecido la pena?
Aquí. Un café y unas tostadas.- Pienso mientras examino la cafetería y los uniformes de los camareros- Un día es un día. Además hay que iniciar bien el nuevo camino que empieza por delante. Habrá que hacer recortes y no podremos comprar el coche aún.

Al final prefiero conformarme con un austero café. Abro el periódico: las noticias son las mismas que las de todos los días pero con diferente fecha. Y fuera, en la calle, hace frío, se ve en las prisas de la gente al caminar, su actitud no se asemeja a los días de verano o incluso a los de primavera.

El móvil empieza a vibrar en la mesa. Es Carmen. Pero al descolgar suena la voz de su padre: Carmen se ha caído de la moto, está en el hospital. Un ruido estridente al arrastrar la silla, agarro la cartera, saco monedas, me pongo las gafas y salgo por el primer taxi que veo. En mi cabeza resuena la voz grave de Augusto 'Carmen está en el hospital'
Bueno, pues al final pasó lo que me temía. Ha intentado hacer como que lo sentía mucho, y como que para él era muy duro tener que comunicármelo, pero al final me ha largado de un día para otro. Lo que más me jode es que yo no tenía ni idea del rollo ése de que en el periodo de prueba de pueden echar de un día para otro sin pagarte un euro. Si es que debería preocuparme más de estas cosas, ya me decía Luis que yo era una dejada y que así me iría...


Bueno, pero sé que en realidad no ha sido culpa mía. Es la situación y he tenido la mala suerte de que yo era la última que había entrado, y es por donde querían empezar... es lógico.


Bueno, mañana empiezo a buscar. O quizás el lunes, yo qué se...


Buff, no me apetece nada llamar a la Loli para contárselo... empezará con el "ya te lo dije" y el "ese tío no era de fiar" y bla bla bla... me pondrá la cabeza como un bombo y al final conseguirá que me preocupe... Puedo aguantar que sea pesismista con sus cosas, pero con las mías me gusta mantener mi propia perspectiva, aunque sea equivocada...


Lo que necesito ahora ya sé yo qué es... un poco de distracción...que mi cuerpo se de un homenaje...y un poco de autoestima. Decidido, no voy a pasar ni por casa. A ver si hay suerte....


-"¿Toni? Hola, soy yo. ¿A que me invitas a cenar a tu casa?...a desayunar también...que listo eres... bueno, según vaya la cosa me lo pienso....ok voy de camino...por cierto, mañana me tendrás que llevar a casa....no tengo coche...noo tampoco voy a trabajar....¡¡¡Bueno pesado, ahora te cuento!!!, Ciao.
No conforme y la firma.


Es cierto que no llevaba demasiado tiempo en la empresa. Y no era el trabajo de mi vida, eso seguro. Pero cuando empezó a hablarse de recortes de personal, ya me imaginaba algo...

Ya verás cuando Carmen se entere... menos mal que con ella las cosas no van mal. Como ella dice, lo estamos intentando, nos hermos dado la oportunidad... de ser felices... Aunque hay veces que casi no puedo resistir el preguntarle si aún piensa en él
"¿Loli? Hola, soy Cati. Nada, que he tenido un accidente.... no, nada grave...pero el coche no arranca....no, me han dado por detrás en un atasco y me han empotrado contra el de delante.... no, yo estoy bien, no me duele nada, pero del coche sale mucho humo y no arranca, así que he llamado a la grúa del seguro... en serio, nada, bueno sí, se me ha roto un tacón del zapato del meneo, jajaja... 


Lo que me preocupa en realidad, bueno, aparte de lo del coche claro, que tengo que pensar cómo me las arreglo hasta que me o arreglen, es que cuando he llamado al Enrique, ya sabes, mi jefe, me ha dicho que intente pasarme por la oficina cuando acabe con todo lo del coche, el taller y eso, porque quier hablar conmigo personalmente. Y tía, he pensado que con todo el rollo éste de la crisis seguramente mi empresa también haga recortes. Las ventas también bajan en lo nuestro, y yo soy la que menos tiempo lleva, así que si tienen que echar a alguien empezarán por mi....


Bueno, no sé, que te dejo, que viene la grúa... ya te voy contando luego... un beso"